Buen día para todos, el pasado 2 de abril se celebró el día internacional del libro infantil y
juvenil, celebrado desde 1967, coincidiendo pues con la fecha de nacimiento del escritor danés “Hans Christian Andersen”. Y, sin proponérmelo del todo recién finalice un libro perteneciente a este género, hablo de Lilus Kikus escrito por Elena Poniatowska en 1954 e ilustrado por la afamada pintora Leonora Carrington, no soy muy asidua a leer libros infantiles o juveniles, aunque cuando los leo, normalmente los disfruto; si he de elegir prefiero las historias narradas a través de voces infantiles que las que tienen un narrador adulto. En fin, solo tenía conocimiento de que este libro era de cuentos y dado mi gusto por la escritora lo leí, no me gustó tanto como esperaba, quizá por mis altas expectativas y por lo que he leído previamente de ella, empero, vamos con la reseña.
Título: Lilus Kikus Año: 1954 Autor: Elena Poniatowska Ilustrador: Leonora Carrington Páginas: 40
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Hace muchos años, tal vez trece o quizá un poco menos, apareció un libro de sueños: los tiernos sueños de una niña llamada Lilus Kikus para quien la vida retoñó demasiado pronto. Lilus sabía poner orden en el mundo sólo con estarse quieta, sentada en la escalera espiral de su imaginación, donde sucedían las cosas más asombrosas, mientras con los ojos mira cómo se esfumaba el rocío y un gato se mordía la cola o crecía la sonrisa de la primavera. Luego, de pronto, sentía que los limones estaban enfermos y que sólo inyectándoles café negro con azúcar podía aliviarlos de su amargura. Pero Lilus era también endiabladamente inquieta: corría a preguntarle a un filósofo si él era el dueño de las lagartijas que tomaban el sol afuera de su ventana. También divagaba en cómo hacerle a Dios un nido en su alma sin cometer adulterio e investigaba con su criada Ocotlana de qué tamaño y sabor eran los besos que le daba su novio.
Todo en este libro es mágico y está lleno de olas de mar o de amor como el tornasol que sólo se encuentra, tan sólo en los ojos de los niños.
Juan Rulfo
Este librito está lleno de imaginación por parte de la autora, nos narra de una forma bastante poética (característica de Elena) el paso de la niñez a la pubertad, las preguntas que se hace una niña y las respuestas poco convencionales que se da, si bien es un libro infantil, puede leerse fácilmente y sin menor prejuicio por individuos de cualquier edad, tiene toques de realismo mágico que consiguen una sonrisa y capítulos especialmente divertidos.
Como gran parte de las obras de esta autora, se puede leer entre líneas una especie de crítica social de la época de un México contemporáneo de mediados de siglo, el tipo de sociedad que prevalecía, las ocupaciones y preocupaciones de los niños y el destino usual en muchas ocasiones de las niñas en edad casadera (preparación para el matrimonio temprano).
Este es un libro qué si bien no me gusto del todo, ni fue lo que esperaba, se lee rápido y es muy inventivo, tiene unas cuantas ilustraciones en lápiz de Leonora Carrington que le dan un toque especial de historia infantil. Es, por tanto, un libro muy curioso que puede ser un excelente obsequio para los pequeños del hogar.
3/5