«He cerrado los ojos, me los he cubierto con las manos, y he tratado de olvidar, de olvidar el presente en el pasado.»
Título: Último día de un condenado a muerte Autor: Víctor Hugo Género: Clásico Páginas: 130 Puntuación: 5/5 Precio: 4.37 Dlls
En octubre de 1828, al cruzar la plaza parisina del Hôtel-de-Ville, Víctor Hugo descubre el armatoste de una guillotina allí instalada, así como al verdugo que engrasaba la máquina y ensayaba la sesión de la tarde. Impactado por la estampa, Hugo comienza al día siguiente la redacción de El último día de un condenado a muerte (1829). Para el poeta, todo cadalso levantado para guillotinar a un hombre es un retorno infame del salvajismo más primario. Es el espíritu de un condenado el que se analiza y escruta con un rigor y una paciencia totalmente metafísica. Escuchamos la voz de un individuo que espera la muerte y oye discurrir su conciencia, que narra al lector su camino a la agonía para compartirlo con él, que también aguarda, aunque sin plazo prefijado, la muerte. El recurso literario al monólogo interior convierte este relato en una de las primeras novelas modernas.
He terminado una lectura que me ha dejado un mar de ideas, hace tiempo he de decir que un libro no me producía tales sensaciones, estoy hablando pues de: “El último día de un condenado a muerte” escrito por Víctor Hugo en 1829. Este libro fue escrito por el autor a manera de reflexión y de queja hacia la pena de muerte, ante la cuál Víctor Hugo como defensor de los derechos humanos y la libertad abogó de todas las formas posibles por abolirla. Este libro en primera instancia, es decir en su primera publicación, fue editada de forma anónima bajo la advertencia de que el libro había sido escrito: o por un condenado a muerte o por un observador indignado. El libro no tuvo el efecto deseado por el escritor; tan solo uno que otro comentario sin importancia así que, indignado por esto, escribió un prefacio a manera de ensayo donde declaró su absoluto rechazo a la pena de muerte en casi 100 páginas, lo que convierte a este libro en una joya, tanto por la novela como por este prefacio.
Ahora bien, ¿qué nos encontraremos en esta novela? Esta historia, como bien se lee en el título nos narra el último día de un condenado a muerte, no nos dice su nombre, su estrato social, ni siquiera el crimen que ha cometido, todo esto con el fin de que el lector empatice con el narrador al considerar que no importa mucho el crimen, el sexo o el nombre cuando se está condenado a muerte; la narración es en primera persona y desde el inicio el protagonista describe los escenarios, sus emociones, su pasado. Está escrito bellamente, te transmite toda esa desesperanza, ese abandono al que uno se deja ir cuando se pierden las esperanzas, desde mi percepción Víctor Hugo tiene de las más bellas prosas de la literatura, además el hecho de que escriba sobre causas sociales y los desamparados dota de una maravillosa humanidad a este escritor, vaya, que cada vez me gusta más.
«Lavarse las manos está bien, impedir que la sangre corra estaría mejor.»
Este libro es una proclamación, un grito desesperado por la libertad, por repensar las leyes, por abolir la pena de muerte (Fue abolida casi 100 años después), recomiendo este libro además de referente histórico, de referente humanitario.
¿Qué libro me recomiendan de Víctor Hugo?, ya he leído: Los miserables y Nuestra señora de París.
Si te gusto, llevatelo y comparte: